Si bien las comunidades de vivienda asistida se han convertido en una opción de atención residencial más común para los estadounidenses mayores que requieren asistencia con las necesidades de atención diaria y otros servicios de apoyo, la regulación de estas comunidades varía de un estado a otro y ha habido poco análisis de los resultados de la atención. Una nueva investigación analiza la atención al final de la vida en la vida asistida y descubrió que en los estados con regulaciones menos rigurosas, los residentes tenían menos probabilidades de morir en un hospicio o en el hogar, indicadores importantes de la calidad de la atención. La investigación fue dirigida por Helena Temkin-Greener, Ph.D., profesora de Ciencias de la Salud Pública en el Centro Médico de la Universidad de Rochester, y aparece en la revista asuntos de salud.
Las comunidades de vivienda asistida, que son un tipo de atención residencial a largo plazo diseñada para personas que necesitan atención personal y de apoyo, se han vuelto cada vez más populares entre los estadounidenses mayores porque pueden ayudar a preservar la independencia y entre los legisladores, porque son una alternativa menos costosa a hogares de ancianos. Sin embargo, a diferencia de los hogares de ancianos, que están altamente regulados por los gobiernos federal y estatal, cuestiones como los niveles mínimos de personal y la supervisión de las comunidades de vida asistida varían mucho según el lugar donde vive una persona.
La nueva investigación analiza la atención al final de la vida de 100 783 residentes en 16 560 comunidades de vida asistida que murieron en 2018-2019, específicamente si murieron en el hogar y bajo cuidados paliativos o después de ser trasladados a un hogar de ancianos u hospital. Temkin-Greener y sus colegas encontraron que, en general, el 60 % de los beneficiarios de pago por servicio de Medicare que residían en centros de vida asistida murieron en el hogar y más del 84 % de ellos recibieron cuidados paliativos. La probabilidad de morir en el hogar fue significativamente menor por el estado dual de Medicare-Medicaid, pero no por raza o etnia, lo que sugiere que los residentes de estado dual pueden tener un peor acceso a la atención EOL de alta calidad.
Los residentes negros tenían significativamente menos probabilidades de ser inscritos en cuidados paliativos antes de morir; Varios estudios anteriores han demostrado que las familias negras son más propensas a abogar por un tratamiento médico continuo y agresivo al final de la vida, un legado de desconfianza en el sistema de atención médica. Los residentes también tenían menos probabilidades de morir en el hogar o con cuidados paliativos en el hogar en estados con menor supervisión regulatoria de las comunidades de vida asistida.
Los autores del estudio creen que estos hallazgos deberían ayudar a informar los esfuerzos para garantizar un acceso más equitativo a la planificación y los servicios de atención al final de la vida en las comunidades de vida asistida, y sugieren un papel importante para la regulación a nivel estatal de estas comunidades en su implementación.